miércoles, 24 de julio de 2019

Fauna de oficina: Salvador

Su nombre no es Salvador. Pero lo llamo así por que es mi salvador. En muchos aspectos.

Salvador y su novio
Salvador y su novio
Trabaja en Finanzas. No tengo idea de qué es lo que hace. Pero debe gustarle por que se lo ve casi siempre contento. Tiene una forma de hablar muy musical, y una risa ruidosa y contagiosa. Yo siempre le digo que se debería dedicar a la comedia stand-up. Y él se ríe.

Tiene como 50 años. Y es el dueño de la pieza donde me mudé.

Salvador tiene un novio con quien convive. Lo voy a llamar Salvador 2, a falta de un nombre mejor. Salvador 2 tiene algo así como 30 años. Y no se puede creer lo fuerte que está. Pero es el novio de Salvador 1 (o sea que no le interesan las mujeres). Y es el nuevo niñero de Francisca.

Y lo hace gratis. Él dice que su sueldo está incluído en el alquiler. Yo lo acepto, por que de todos modos no tendría plata para pagar un sueldo de niñero. Pero la verdad es que lo hace de onda, y cuando gane más plata espero poder pagarle un verdadero sueldo.



Cuando estoy en el trabajo se la pasa mandándome WhatsApps con fotos y videos de Pancha. Él dice que es por que ella es muy fotogénica. Bueno, sí. Es fotogénica. Pero él lo hace para que me quede tranquila de que ella está bien.

Los adoro a Salvador y a Salvador 2. Si fuera posible me casaría con los dos y formaríamos una familia un tanto extraña. Pero lo que es seguro es que a Pancha no le faltaría amor.



Hace apenas unos días que me mudé. Los Salvadores fueron tan amables que se me pasó rápido el miedo que tenía de dejar la casa de los viejos. Pero hay momentos en que siento que me ahogo. Vienen a mi los recuerdos de cuando estuve encerrada y encadenada. Siento que las paredes se me vienen encima. Siento que me falta el aire. Siento terror y angustia. Me tiro al piso y me enrollo en posición fetal. Hay momentos en que grito fuerte. Muy fuerte.

Y ahí están los Salvadores. Vienen y me calman. Y la calman a Pancha, que con mis gritos sufre horrores. Salvador dice que está acostumbrado a episodios peores que los míos, por que tiene una hermana que sufre ataques de pánico y que su mamá era esquizofrénica. Vienen, me convidan mate, nos invitan a su casa a ver Netflix en su súper televisor de mil pulgadas. Y los terrores se me pasan. ¿Ya dije que los adoro?



Mientras ellos estén cerca, sé que no tengo de qué preocuparme.

Escribo esto aprovechando que Salvador 2 le está dando la mamadera a Pancha. Estoy tranquila. Siento que, por ahora, las cosas están bien.

Sí, estamos viviendo las dos en una pieza minúscula. Sí, tengo un trabajo que me agota las pocas energías que tengo y gano un sueldo que apenas me alcanza para el alquiler. No, no tengo tiempo ni oportunidad de hacer las cosas que me gustan, como hacer fotos o modelar. Pero estoy feliz. Por que siento que estoy tomando las decisiones correctas. Siento que Pancha va a poder confiar en mí. Siento que de verdad estoy en condiciones de ser su mamá.



0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Historias desde el balcón Copyright © 2010 | Designed by: Compartidisimo