sábado, 16 de febrero de 2019

Fauna de oficina: Chepibe

Chepibe
Chepibe
Para la mayoría de las personas, la rutina laboral es un castigo, apenas compensado por el magro sueldo que a fin de mes les permite pagar parte de sus deudas.

Para mí, en cambio, es un mundo nuevo por descubrir. Discúlpenme, es que nunca tuve un trabajo “en serio”; hasta ahora solo había tenido trabajos ocasionales, sin horarios, ni rutina, ni jefes.

Pero sí, es probable que, con el tiempo, me termine hartando de la rutina; como todo el mundo. Me imagino que hacer todos los días los mismos viajes de ida y de vuelta, ver a la misma gente, hacer las mismas tareas, hablar las mismas cosas… puede volverse insoportable. Además del hecho de volver a casa cansada, para pasar apenas un rato con mi hija, deseando que se duerma para poder dormir yo también.


Pero por ahora, al menos, disfruto descubriendo los misterios de este rutinario mundo del trabajo de lunes a viernes y de jornada completa.

Lo que más disfruto es analizar a los personajes con quienes interactúo a diario. Son personajes complejos, cada uno con facetas que los hacen interesantes.

Chapulín Colorado
Chapulín Colorado
Voy a tratar de ir describiéndolos a todos (al menos hasta que me echen o reununcie). Y voy a empezar por mi personaje favorito por el momento. Como no quiero usar los nombres reales, a este lo voy a llamar simplemente Chepibe.

Chepibe es una especie de superhéroe. Pero no como Superman, con músculos de acero y poderes sobrenaturales. Más bien como el Chapulín Colorado: es un superhéroe de muy bajo perfil, sin facha, y sin ningún otro poder más que una voluntad a toda prueba.

Perdón, sí tiene un superpoder: la viveza. Chepibe es un tipo inteligente, despierto, pillo, rápido. Y lo más importante: buena onda.


 

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