Me separé de mi novio después de 8 meses de “convivencia”, si por convivencia se puede entender vivir bajo un mismo techo soportando ataques casi constantes de violencia verbal y, en ocasiones, física.
Cuando la situación se hizo insostenible y realmente temí por mi vida, me mudé (acción legal de por medio) a un departamentucho alquilado de un ambiente en San Cristóbal, con balcón al pulmón de manzana. Es todo lo que podía pagar al momento de mi huída. Hoy, ya superada esa etapa, podría mudarme a algo mejor. Pero ahora no quiero irme.
Me encariñé con este departamento y su mágico balcón con vista al pulmón de manzana, en el que ocurrieron y ocurren cosas maravillosas que cambiaron y seguirán cambiando mi vida.
Esas cosas maravillosas son las que les cuento en este blog.
¿Quién soy?
Soy una mujer fantasiosa, con un gran apetito sexual. No me avergüenza admitirlo. Otra cosa que no me avergüenza admitir es que disfruto de la literatura erótica. Pero sólo de la buena. No de esas novelas eróticas que son como si un locutor deportivo relatara una película porno. Me gustan los relatos que transmiten sensaciones, que logran que el lector viva en carne propia las mismas experiencias que viven los personajes. Que sienta el calor, el deseo, la pasión, los orgasmos, todo.
Y me gusta contar mis propias experiencias del mismo modo: tratando de transmitir lo mismo que siento yo, con la mayor fidelidad posible. Para que todo el que me lea comparta los placeres que tuve al vivir esas experiencias, y que revivo al escribirlas.
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Estas son mis historias, en orden cronológico:
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