Lo que sí importa es que está contenta con este hermoso día de sol, después de mucho tiempo de frío, nubes y humedad.
Preparo el mate, saco la reposera al balcón y me dispongo a festejar mi cumpleaños en compañía de Jacinta. Le echo un poco de agua. No parece que le hiciera falta, pero me da nosequé tomar mate yo sola.
“Estás contenta?” Le pregunto. No me contesta. O quizás sí, pero lo hace en idioma planta. Adivino que me dice que sí.
Y adivino que dice más cosas. Me cuenta que la pasó mal durante el invierno. Me siento un poco culpable por haberla dejado a la intemperie, pero cuando me la regaló mi vieja, me dijo que era de exterior.
“Todo bien, no te pongas mal”, me consuela Jacinta (ya empiezo a entender su idioma). “Hacía falta que pasara frío, lluvia, humedad y mal tiempo para que pudiera aprovechar mejor este solazo y sacar estas lindas flores”.
Mmm... Qué interesante esto que dice Jacinta. Me siento identificada con lo que le ocurrió. Yo también la pasé mal, tuve que pasar períodos de “mal tiempo”, y si no los hubiera vivido, hoy no estaría disfrutando mi vida como lo estoy haciendo. Qué genia que es mi planta.
Se ganó otro chorrito de agua.
Qué locura, pasar mi cumpleaños tomando mate al sol en el balcón, charlando con una planta. Quizás es que ya me volví un poco loca. Pero al menos no me siento sola. Seguramente más tarde habrá festejo, torta, gente, más regalos, velitas, etc. (eso espero) Pero este regalo, y esta celebración íntima con Jacinta, no me los voy a olvidar nunca.